8.8.12

Capullo

Tomaste los vientos como si fueran sogas, tiraste fuerte y los arrojaste por la borda. Ocultaste aquellas sombras tenebrosas, encendiste un sol y transformaste en vida muertos días. Asustaste predadores, regaste tierras rasgadas e hiciste frutos de secas flores. Te acercaste en la oscuridad un día y, como si fuera poca cosa me contaste de esas noches frías, me tendiste la mano y me diste un respiro. Habías comprendido ya muy bien que las mariposas no tienen abrigo.

No hay comentarios: